El acné es una afección cutánea común que se produce cuando los poros de la piel se obstruyen con grasa, células muertas y bacterias. Hay varios factores que pueden contribuir al desarrollo del acné, entre ellos:
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Cambios hormonales: durante la pubertad, aumenta la producción corporal de hormonas llamadas andrógenos, lo que puede estimular la producción de grasa en la piel y provocar el desarrollo de acné.
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Genética: si tiene antecedentes familiares de acné, puede ser más propenso a desarrollar la afección.
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Ciertos medicamentos: algunos medicamentos, como los corticosteroides y ciertos tipos de píldoras anticonceptivas, pueden aumentar el riesgo de desarrollar acné.
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Productos para el cuidado de la piel: el uso de productos para el cuidado de la piel a base de aceite o con mucha fragancia puede obstruir los poros y contribuir al desarrollo del acné.
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Estrés: el estrés puede afectar la producción de hormonas en el cuerpo y puede provocar el desarrollo de acné.
Un exfoliante facial puede ayudar a tratar el acné eliminando las células muertas de la piel y destapando los poros. La exfoliación puede ayudar a prevenir la acumulación de grasa y bacterias en los poros, lo que puede reducir el riesgo de desarrollar acné. Es importante utilizar un exfoliante suave y no exfoliar demasiado, ya que esto puede irritar la piel y empeorar el acné. También es importante seguir una rutina constante de cuidado de la piel y utilizar productos no comedogénicos para ayudar a prevenir el desarrollo del acné.